El silencio referido como "ausencia de sonido" tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
En las grandes urbes donde el exceso de ruido, con coches, motos, autobuses, sirenas y demás posibilidades de ruptura del silencio, se genera una contaminación acústica tan grande que solo percibimos cuando nos alejamos de ella. Es entonces cuando la tranquilidad puede dar paso a la armonía de uno mismo. En las zonas menos pobladas supongo que los que se dan cuenta de ello, lo agradecen.
Aunque como bien sabemos, hay silencios que incomodan. Hay muchos ejemplos de ellos. Uno, podría ser el de cualquier comida o cena con gente que acabas de conocer y donde en algún instante un silencio amenazador se pasea por la mesa hasta que alguien muy avispado saca un tema de conversación. En otras ocasiones estás deseando que la otra persona que no para de hablar, se calle y dé lugar a un inmenso silencio. Al final del día quién no se daría un baño a la luz de las velas sin que nadie le molestara...
Hay otros silencios que no son tan reconfortantes y agradables. Ante la injusticia, la violencia y los abusos (de cualquier índole) no podemos permanecer en ese silencio tan cómodo pensando que a nosotros no nos afecta, que nos sirve para estar tranquilo, pero no para ser solidarios y responsables con el momento actual. No es de recibo pensar que otros lo harán por nosotros. Es entonces cuando hay que levantar la voz y hacer el máximo ruido posible. Ahora es cuando tenemos la obligación de buscar la manera de hacernos oír de la forma que mejor creamos.
Aunque como bien sabemos, hay silencios que incomodan. Hay muchos ejemplos de ellos. Uno, podría ser el de cualquier comida o cena con gente que acabas de conocer y donde en algún instante un silencio amenazador se pasea por la mesa hasta que alguien muy avispado saca un tema de conversación. En otras ocasiones estás deseando que la otra persona que no para de hablar, se calle y dé lugar a un inmenso silencio. Al final del día quién no se daría un baño a la luz de las velas sin que nadie le molestara...
Hay otros silencios que no son tan reconfortantes y agradables. Ante la injusticia, la violencia y los abusos (de cualquier índole) no podemos permanecer en ese silencio tan cómodo pensando que a nosotros no nos afecta, que nos sirve para estar tranquilo, pero no para ser solidarios y responsables con el momento actual. No es de recibo pensar que otros lo harán por nosotros. Es entonces cuando hay que levantar la voz y hacer el máximo ruido posible. Ahora es cuando tenemos la obligación de buscar la manera de hacernos oír de la forma que mejor creamos.
Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.
Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.
Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras.
William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico.
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.